El VIH en Zapotlán el Grande. Última parte
Testimonio
Miguel, a quien hemos cambiado de nombre para conservar su identidad, es un joven de 30 años originario de Ciudad Guzmán. Hace apenas un año, le diagnosticaron VIH. Sin embargo la actitud de este profesionista no es la de alguien derrotado. Él ve a esta enfermedad como cualquier otra, e incluso señala que con una mejor calidad de vida en comparación con muchas otras.
Cuando Miguel comenzó con su tratamiento, contó con la orientación de uno de sus amigos. De esta manera se dirigió directamente al Antiguo Hospital Civil de Guadalajara.
Periodista: ¿Por qué razón te atiendes en Guadalajara?
Miguel: Porque en Ciudad Guzmán no existe la atención que tiene la Unidad de VIH del Civil.
P: ¿Cuál es el trato que te dan en la Unidad de VIH del Hospital Civil?
M: Muy bueno, personalizado, humano. Atención integral en el aspecto físico. En mi caso no he requerido atención psicológica, creo que es lo que haría falta pero en cuanto a lo físico, hay constante medición de todos los aspectos.
P: ¿De qué manera repercute en tu vida que tengas que ir cada cierto tiempo a Guadalajara?
M: Representa ciertos gastos de transporte y alimentación, pero trato de compensarlo aprovechando mis idas para realizar otras actividades. Claro, esto implica tener que pedir permiso en el trabajo.
P: En promedio ¿cuánto es el gasto que realizas cuando vas a tus citas?
M: Un promedio de 300, 350, entre pasaje de ida, vuelta, transporte en la ciudad, pago de la cita y alimentos.
P: Si hubiera una unidad de VIH en la ciudad ¿te sentirías señalado al asistir a este lugar?
M: La verdad, sí. Es una ciudad pequeña, y la Unidad tendría que estar muy oculta. Creo que esta unidad debería ser para atención primera/urgente. Lo sano sería que hubiera en la ciudad para cubrir las necesidades locales, pero lo real es que sería una forma fácil de identificarnos en la sociedad.
P: ¿Estás afiliado en alguna institución de salud?¿Cuál?
M: Sí. En el Seguro Popular.
P: ¿Qué beneficios te ha traído estar afiliado en el Seguro Popular?
M: El hecho de que me cubre muchos de los exámenes, particularmente de carga viral y CD4, que son los más caros, además de contar con mis retrovirales.
Después de este año de cambios y adaptaciones, Miguel dice que ahora valora muchas cosas, como su familia, amigos, el propio día a día. Incluso asegura que cuida más su salud, tratando de comer mejor y estando siempre en actividad.
El caso de Miguel es un ejemplo de que el VIH/sida ya dejó de ser sinónimo de muerte. A él se le ve fuerte y con ánimo de seguir una vida tan normal como la que siempre ha llevado. Entre sus planes está el interés de ayudar “a quienes están peor que yo, si ningún tipo de información, con miedo, creyendo que se va a morir, sin saber qué hacer, y decirles que hay una oportunidad enorme de vida para nosotros”.
Foto: Rodrigo Aguilar |
El trabajo de Comusida
Es la tercera ocasión que visito el lugar, y ella siempre te recibe de manera amable en compañía de una sonrisa. Supongo que cuando llega alguien con la ansiedad, el miedo y la incertidumbre ante la sospecha de estar contagiado, la simple confianza y amabilidad que ella otorga, sirve para relajar esos sentimientos.
Gabriela García es enfermera del Comité Municipal para la Prevención del Sida (Comusida), dice que lleva diez años trabajando en él. Pero la organización ya existía desde dos años antes, cuando la Secretaría de Salud Jalisco (SSJ), a través del COESIDA, propuso firmar un convenio con los ayuntamientos para crear estas dependencias.
El trabajo principal de Gabriela es dar consejería a todo aquel que se presenta en aquella oficina con espacio apenas para dos escritorios, un librero, un mueble con una computadora y un par de sillas para recibir a quien lo necesite. Pero además da charlas de prevención y sobre el correcto uso del condón. Todo esto para cumplir con el principal objetivo del Comusida: bajar la tasa de infección en el municipio.
Gaby, como la llaman sus compañeros, recuerda que cuando se instaló el Comusida en la ciudad la otrora situación “era de que [las personas] no pasaban ni por aquí”. Pero dice que esto ya cambio, ahora el lugar es visto como algo normal y asisten más personas, ya sea para orientación o simplemente para que le regalen condones.
Foto: Joan Crisol y Pedro Walter |
Sin embargo todavía se topa con algunas negativas, como las escuelas donde los profesores se niegan a abrirle las puertas al organismo para que lleven la información a los niños. Pero me cuenta que también está la contra parte, es así como alude aquella ocasión cuando de una escuela los mandaron llamar para dar una charla. Al ver el programa el profesor les pidió que primero hablaran con los padres de familia para que les autorizaran la entrada. La respuesta de éstos fue positiva e incluso le dijeron que esa información no necesitaba ninguna autorización, pues debía ir directamente a los alumnos, a sus hijos.
Gabriela pertenece a uno de los 62 Comusidas que se encuentras en el estado de Jalisco. No todos cuentan con éste, ya que sólo se instalan en los municipios donde hay más incidencia de VIH/sida.
El comité tiene depende tanto del ayuntamiento municipal como del COESIDA. El primero lo apoya con el pago de nomina, mientras que el segundo proporciona el material para las charlas, capacitación del personal y principalmente los preservativos que se regalan ahí.
Hablar con ella es como estar con alguien que conoces desde hace mucho tiempo. En sus palabras se nota la experiencia que le ha dado el lugar donde trabaja. Con un suspiro inicia la respuesta a la pregunta que le acabo de hacer sobre el aprendizaje que le ha dejado el Comusida, y parece que en ese instante recordara cada día y cada año de su estancia en ese comité.
“Muchas cosas buenas. Una de las que ya hemos combatido es todo eso de la discriminación, pues porque más antes eso es lo que se veía […] eso me ha dejado cosa buena, porque los hemos dejado un poquito atrás”. De esta forma manifiesta su satisfacción por contribuir a concientizar a la gente de que no se trata de un asunto exclusivo de unos, sino de toda la sociedad de Ciudad Guzmán.
Casi al finalizar la charla, Gaby dice que “se tiene que sentir como si tú lo tuvieras [el VIH] para poder entender a los demás”. Y ahora pienso que en el municipio deberían existir más personas como ella, con esa misma actitud, con el mismo interés y compromiso por ayudar a las personas seropositivas.
Actualmente, gracias al tiempo que tiene Gabriela trabajando en el Comusida y a su perfil profesional, la probabilidad para que las pruebas rápidas se realicen en este departamento se ven más cercanas para hacerse realidad. El comité cuenta con atención a todo el público de lunes a viernes a partir de las 8 am con horario corrido. Es atendido por tres personas, dos enfermeros y una promotora de salud. El Comusida se encuentra ubicado en Allende número 56.